Sea la persona que su empresa quiere quedarse

Resumen del libro

Sea la persona que su empresa quiere quedarse

Por: Joanne Cini

Conviértase en una persona imprescindible en su empresa (poniendo las reglas)
Lectores 119
Favorito 6
Comentarios 0
A+

Introducción

¿Quién es un kingmaker o “hacedor de reyes”? En nuestros respectivos empleos, todos somos fabricantes de reyes en la medida en que nuestro trabajo sirve para que nuestro superior jerárquico continúe su ascenso hacia la cumbre empresarial. Nuestro jefe se convierte así en un rey cuya existencia depende de que subordinados como nosotros le rindan tributo con su trabajo y le apoyen con sus ideas en la labor. Aunque no seamos conscientes de ello, todos aportamos nuestro granito de arena para que el jefe logre coronar la cima y, lo que es más, el mismo trabajo sobresaliente del que se sirve el jefe también hace que nuestras posibilidades de ascenso se multipliquen. El quid de la cuestión es ser conscientes de ello y comprender nuestro valor para esta persona y para la empresa, manteniéndonos siempre fieles a nuestros principios y sacando el máximo partido de la situación.
El de kingmaker no es un rango inferior, sino valioso e importante. Ser un kingmaker no significa asentir a todo lo que dice el jefe sin cuestionar sus decisiones, sino que supone crearse un nombre de marca que resulte atractivo y deseable a los directivos que poseen una doble meta: el beneficio de la empresa y el suyo propio. Desempeñar el papel de kingmaker también tiene sus requisitos: hay que ser competentes y constantes en nuestro trabajo, pues la calidad del mismo habla por nosotros y debemos demostrar que somos personas productivas con las que un jefe se puede sentir a gusto.
En Kingmaker: Be the One Your Company Wants to Keep… On your Terms (Fabricante de Reyes: Sea la persona que su empresa quiere quedarse… y ponga las condiciones), Joanne Cini reflexiona sobre su dilatada carrera en el mundo televisivo y reconoce que las cosas se le habrían hecho más fáciles si hubiese contado con un patrocinador (un rey) eficiente, con credibilidad, que hubiese defendido su causa en el seno de la empresa. Con este libro, la autora se propone arrojar algo de luz sobre el papel de kingmaker y espera que funcione como un recurso en la carrera del lector a la hora de navegar en las duras condiciones del entorno laboral.

Gente, Beneficio, Política y Proceso

El actual entorno laboral hostil provoca ansiedad en los empleados, que ven desfilar ante sí una serie de fusiones, adquisiciones, reducciones de plantilla, despidos masivos, cambios tecnológicos y demás, con el consiguiente estrés. Al mismo tiempo, la gente se cuestiona qué parte de su tiempo quiere y debe pasar trabajando si no desea relegar su vida privada a un quinto plano. Sepa, estimado lector, que existen formas de conservar la cordura y ser congruentes con nosotros mismos, al tiempo que aprendemos y crecemos, personal y profesionalmente, en tiempos de cambio como los que nos ha tocado vivir. De hecho, nuestro valor como individuos aumentará en la medida en que minimicemos los temores, los rumores y los enfrentamientos, al tiempo que realizamos un trabajo sobresaliente y logramos excelentes resultados.
Debido a los recortes presupuestarios, las grandes empresas en la actualidad contratan a menos empleados, pero más inteligentes. Para triunfar, debe reconocer estas tendencias y superar las limitaciones producidas por el miedo y la lucha por la supervivencia, para centrarse en crear y potenciar valor. Nos dirigimos hacia una meritocracia en la que el trabajo de calidad recibirá su merecido reconocimiento y será debidamente recompensado. A juicio de la autora, las cuatro claves que no debemos descuidar son actuar de forma excelente, guiarnos por valores como la verdad, la integridad y la responsabilidad, anticiparnos y planear nuestra formación continuada, nuestro empleo del dinero e incluso nuestra reputación. Es imperativo que tomemos las riendas de nuestra carrera y no dejemos que una empresa o la opinión que alguien tiene de nosotros guíe nuestro destino profesional. La meta inmediata es ser valioso para la empresa y a la vez ser el que tome sus propias decisiones respecto al camino profesional a seguir.
Llegados a este punto, resulta necesario enfatizar que los beneficios son la razón de ser de las empresas. Por ello, tener conocimientos de finanzas y contabilidad resulta imperativo si se quiere ascender a puestos de responsabilidad. La autora aconseja que aprendamos a hacer análisis económicos, financieros y contables, pues ello aumentará nuestro valor y nos hará sentir más seguros de nosotros mismos en esta área de importancia crítica para la empresa.
La política –en el sentido aristotélico de la palabra- flota en el lugar de trabajo e inunda el ambiente, es real, insidiosa y nos produce malestar. Aunque usted no sea un animal político, tenga por seguro que la mitad de su trabajo es política e incluso aunque se mantenga al margen, los manejos políticos le salpicarán e influenciarán. Si logra encontrar el justo término medio, es decir, ser un moderado, tendrá lo mejor de dos mundos, pues habrá conseguido entender el juego y hacerse respetar. La autora desea marcar un rumbo que nos permita salir intactos y llegar a buen puerto a pesar de las turbulencias políticas.
Para empezar, nos advierte de que debemos ser conscientes de que a la gente le gusta contratar a personas que conoce y de que no podremos aprender las reglas que gobiernan el juego del poder a menos que alguien nos las enseñe o seamos buenos oyentes y observadores. Por otra parte, existe un conocimiento tácito de dichas reglas y, a menos que aceptemos seguirlas, no nos dejarán jugar. He aquí la dinámica del juego: los poderosos son poderosos porque son brillantes, visionarios, carismáticos, disciplinados y poseen buenos contactos. La gente quiere estar cerca de ellos, trabajar para ellos y aprender de ellos. De hecho, en todo lugar de trabajo siempre existe un “grupo de notables” y los empleados saben quiénes son. Advertencias: el juego tiene lugar a dos niveles, el empresarial y el personal, y además no sólo es cuestión de hacer un buen trabajo, pues en algunos casos el estilo de la persona es lo que la saca del juego. Trucos: podría ayudarnos a avanzar el tener presente que estamos en la organización ante todo por nuestros conocimientos y experiencia, pero la política también desempeña un papel clave. Por ello, la autora recomienda que averigüemos qué nos incomoda de la política en el lugar de trabajo para romper el mito y que nuestros miedos no se conviertan en un obstáculo.
Asimismo, Cini aconseja a sus lectores ser ellos mismos y dar a sus superiores lo que quieren tener. Piense en lo que quieren, por qué lo quieren, cómo lo quieren y cuándo. Usted puede seguir siendo usted mismo y darle a su jefe lo que necesita mientras construye relaciones con estos importantes actores organizativos. Su trabajo hablará por usted, pero sus campeones también lo harán. En resumen, existen dos niveles: el del trabajo en sí y el político-social, que es tan importante o más que el primero, pues si un director tiene que elegir entre dos personas de capacidad similar, se decantará por la que le haga sentir más cómodo.
El éxito reside en lo que usted sabe y hace, pero en él influye mucho la opinión de quienes le conocen. Por ello, es recomendable que aproveche la ocasión que le brindan las reuniones de empresa y otras ocasiones sociales para acercarse a esas partes interesadas y hablar con ellas cara a cara. Déjeles ver que no sólo es un empleado, sino también una persona. Por otra parte, también cuenta ser inteligente y actuar con sentido común: aunque en el trabajo tenga derecho a no estar de acuerdo con todo, muestre su disconformidad con respeto. No se sulfure y no riña con la gente, mucho menos con el director enfrente de los compañeros. Las reuniones son uno de los aspectos laborales que más hay que cuidar. Aunque los temas que se van a debatir parezcan evidentes, a menudo las verdaderas razones de una reunión están ocultas, así que prepárese concienzudamente. La autora relata la anécdota de una reunión con directivos de la empresa que acababa de comprar la compañía para la que ella trabajaba. Cini pensó que se debatiría sobre cómo mejorar el lugar de trabajo, pero en realidad se trataba de una reunión política cuyo único objetivo era una toma de contacto. Su agresiva actuación en la reunión hizo que la nueva dirección la tildara de persona problemática. Fue entonces cuando se dio cuenta de que la única forma de eludir el explosivo cóctel “política y negocios” era comprender el verdadero orden del día y actuar como si de un teatro se tratara: subir al escenario, actuar y bajar del escenario, esperando a que llegue el momento adecuado para decir lo que en realidad quieres que oigan los demás. 
Algunas personas comienzan a pensar en su próximo destino y a preparar el camino el mismo día en que empiezan a trabajar en su nuevo puesto, por lo que no logran disfrutar del mismo, mejorarlo y aprender. Antes de dar el siguiente paso, tenemos que crecer en cada etapa de nuestra carrera profesional. Apresurándose constantemente, llega el día en que se alcanza el propio nivel de incompetencia. Hay que recordar que para la empresa, el empleado en el fondo no es más que una herramienta de extraer beneficios, así que hay que desempeñar el papel y disfrutarlo sin dejarse deslumbrar por la ilusión de que el trabajo es un sustituto de cualquier otra cosa o una segunda familia. Los cambios de dueño y liderazgo pueden afectar a los empleados, pero estos, en tales momentos, lo mejor que pueden hacer es continuar haciendo un trabajo excelente y mantener la cabeza gacha. En tales tiempos, los rumores que prosperan contribuyen a aumentar los niveles de ansiedad. Si la cuestión pasa de unos límites razonables, ha llegado el momento de que el director se entere de los rumores. Y si es usted el director, dé la cara y enfréntese a ellos. Más que nunca en épocas de cambio, las personas necesitan liderazgo y no rumores.
La autora también nos advierte contra los tramposos, que son esas personas que piensan que tienen dominado el juego: todos los días llegan al trabajo 15 minutos antes que el jefe para que parezca que llevan en la oficina desde hace rato, envían correos electrónicos desde casa para hacer constar la fecha y la hora, no se preparan para las reuniones y poseen el cinismo necesario para poner una excusa y una sonrisa falsa y pedir ayuda a alguien que sí lo ha hecho. ¿Qué hacer con estos desaprensivos? Ante todo, tener fe en que si nosotros nos damos cuenta, otros también lo harán. Hasta al individuo más encantador le llega su hora si su única consistencia es la inconsistencia. Lo peor que podría suceder es que el individuo en cuestión sea su jefe y en tal caso, no le quedará más remedio que aceptar la realidad y admitir que le pagan para hacer un trabajo magnífico y que su jefe se lleve todas las alabanzas o la culpa, puesto que es el responsable último de todo lo que sucede bajo su mando. Otra opción a su alcance es planteárselo abiertamente y explicarle su decepción, lo cual podría motivarle a innovar y contribuir a la mejora del lugar de trabajo. También puede dejarlo caer ante el superior de su jefe o intentar trabajar en un área que no caiga bajo el control de esa persona.
En ocasiones, personas que no parecen merecer un ascenso obtienen uno por razones que usted no alcanza a comprender, tales como el miedo a que se vaya a trabajar con la competencia, lo cual podría poner a su empresa en una situación embarazosa o dañar su reputación. Cuando gente así llega a la cima, sólo cabe esperar que tendrán el coraje y el cerebro necesarios para contratar a sus propios kingmakers, aunque estas personas sean más inteligentes y trabajen con más eficacia que ellos mismos. Ver cómo los devaneos políticos de la empresa colocan en el pedestal a reyezuelos ante los que todo el mundo se inclina, puede resultar decepcionante para quienes han estado trabajando con seriedad. Si no le ascienden al puesto que cree que le corresponde, compórtese con dignidad, ya que la forma en que se pierde cuenta tanto como la forma en que se gana y, después, plantéese si vale la pena trabajar para alguien en quien no cree. Antes de tomar una decisión definitiva piense bien, observe la situación desde todos los ángulos y decida si le han tratado justamente. Si considera que la situación ha sido injusta, plantéese dejar la empresa. Pero ante todo, tómese el tiempo que necesite para reflexionar sobre sus acciones, pues las respuestas y oportunidades le llegarán mientras está pensando. 
El ego lleva a algunas personas a creer que son mejores, más indispensables e inteligentes de lo que realmente son. A diferencia de la confianza, el ego nos impide evaluar con sinceridad nuestras capacidades, nuestras metas y el entorno actual. El ego también causa numerosas decepciones, mientras que la confianza nos confiere resistencia para seguir adelante.  Por otra parte, la competencia en el lugar de trabajo se presenta en dos facetas: una positiva, que potencia la creatividad haciendo que los empleados ganen y la empresa también, y una negativa en la que la competencia surge como fruto del miedo (por ejemplo, el miedo a perder el trabajo), dando lugar a ganadores que se llevan todo y perdedores que se quedan sin nada. Una persona que lucha por su supervivencia (miedo a perecer) trabaja para mantener su statu quo y dedica la mayor parte de su energía a vigilar el terreno buscando la mejor forma de mantenerse con vida. Quienes viven en el miedo se retirarán o buscarán en su interior el espíritu competitivo y resistente que necesitan para salir victoriosos. Lo más importante es que siga luchando por las cosas en las que cree, que siga innovando y sea precavido para no llevarse sorpresas de la gente que puede dárselas. Identifique quiénes son las personas que compiten contra usted, pues ello le ahorrará muchos pesares en su camino hacia el éxito, y no olvide que el objetivo de la mayor parte de las grandes empresas es dominar su mercado, lo cual significa que la calidad, los clientes, los recursos humanos y los beneficios resultan esenciales para lograrlo.
El líder es en gran parte responsable del ambiente laboral. Un buen líder crea un ambiente distendido en el que los empleados son productivos y las relaciones con los clientes priman sobre la burocracia y la política. Corresponde al líder la responsabilidad de crear un ambiente de trabajo que conduzca al éxito de la empresa y de los individuos que la integran. Los líderes que trabajan y actúan de forma ética se ganan la confianza del cuerpo laboral y construyen un sentimiento de seguridad. Construir un entorno laboral en el que los empleados puedan expresar sin miedo y en total libertad su pensamiento fomenta la innovación, que conduce a la reducción de costes mediante un proceso de admisión de errores y reemplazo de procesos por otros más eficientes. Por otra parte, un líder que se preocupa por los empleados es comprensivo e intenta averiguar qué es lo que motiva a cada persona. Una pregunta que la autora cree debemos plantearnos es cuál será nuestro legado como líderes, es decir, mucho después de que nos hayamos ido de la empresa, qué recordarán de nosotros. Las acciones del líder son un ejemplo del que aprenden los empleados e influyen sobremanera en el entorno que los rodea. Piénsese al respecto en el legado de Jack Welch en GE y en la cadena televisiva NBC, en la que la autora trabajaba cuando el carismático líder estaba al frente (para mayor información, véase también nuestro resumen del libro Jack Welch: On Leadership, de Robert Slater).
Kingmaker, el libro que nos ocupa, surge de la reflexión de la autora en torno a los 24 años en que estuvo trabajando en televisión. En ese tiempo, cambió cuatro veces de empresa y al volver sobre lo vivido, reconoce que si tuviera que modificar algún elemento del pasado, sería el de tener un “campeón”, es decir, un supermentor o persona que hubiese defendido su causa y la hubiese ayudado a ascender con mayor facilidad. A juicio de Cini, si tenemos en mente una larga carrera en una empresa o sector, no basta con ganarse la confianza y el respeto de compañeros y superiores, también necesitamos que los altos directivos nos conozcan fuera de la concha laboral con el fin de desarrollar verdaderos vínculos y una zona de confort. Pero el confort y la confianza solo llegan con el tiempo y el roce. Nuestro estilo personal y la compatibilidad social con la persona encargada de tomar la decisión de contratar a alguien para un puesto, nos darán ventaja sobre las personas que no poseen ese “atractivo”. Los campeones son personas que con su éxito continuado se han ganado cierta credibilidad dentro de la organización, que entienden su poder y lo utilizan para incluir ciertos puntos en el orden del día o respaldar a personas de su elección. Por ello, es aconsejable que identifique a un líder que tenga potencial para convertirse en un campeón y comience a construir una relación con esa persona. Averigüe todo lo que pueda de ella y ofrézcase voluntario para trabajar en proyectos que lidera. De hecho, la autora piensa que no sería mala idea que sugiriéramos emparejar a líderes de alto nivel con empleados de alto potencial, a fin de que éstos últimos tengan la ocasión de expandir sus conocimientos y horizontes.

Para continuar leyendo

Biografía del autor

Joanne Cini Joanne Cini ha trabajado en televisión, en el Departamento de Canales de cuatro grandes cadenas estadounidenses, durante 24 años. En 18 de ellos ha ocupado puestos directivos y de administración. Comenzó su carrera como ejecutiva de cuentas y fue la primera mujer en desempeñar el puesto de directora de ventas en una cadena de televisión propiedad de la ABC. Más tarde ascendió a Vicepresidenta de Ventas Locales en la cadena neoyorquina FOX, la cadena de Rupert Murdoch. Llegó a ser Directora General de Ventas de la WCBS-TV y Vicepresidenta de Ventas y Marketing cuando Jack Welch estaba al frente de GE/NBC, en la que colocó en el mercado neoyorquino no sólo juegos olímpicos, sino también series estrella como Melrose Place, Beverly Hills 90210, Chicago Hope y The Golden Globes, entre otros. Como empleada de alto potencial, asistió a la prestigiosa Crotonville School de GE y ganó un Cinturón Verde en Six Sigma

Ficha técnica

Editorial: Pearson Prentice Hall

ISBN: 0131840304

Temáticas: Habilidades directivas

Comprar el libro

Si has leído el resumen y quieres profundizar más, te recomendamos comprar el libro completo, en papel o ebook, haciendo click aquí