Pequeñas apuestas

Resumen del libro

Pequeñas apuestas

Por: Peter Sims

Por qué las ideas más innovadoras surgen de pequeños descubrimientos
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Introducción

 

Muchas personas están dispuestas a innovar —ya sea dedicándose a una actividad poco convencional o fundando una empresa— si previamente han dado con una gran idea. Pero lo cierto es que la mayoría de empresarios de éxito no han partido de ideas brillantes, sino que las descubrieron en el proceso.
Así ha pasado con algunas de las ideas más innovadoras de la historia empresarial reciente. Los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, no comenzaron su andadura con la idea de crear una de las empresas de crecimiento más rápido de la historia; ni siquiera se propusieron revolucionar la forma de buscar información en internet. Su primer objetivo, como colaboradores de un proyecto de biblioteca digital de Stanford, aspiraba a resolver un problema mucho menor: cómo priorizar las búsquedas en bibliotecas digitales en internet.
También Amazon, empresa pionera en venta de libros, abraza la mentalidad de los descubrimientos experimentales. Su fundador y presidente Jeff Bezos suele comparar la estrategia de Amazon de desarrollar ideas en nuevos mercados con “plantar semillas” o “meterse en callejones sin salida”. Así descubren sobre la marcha las oportunidades que se les presentan.
Los fundadores de Google y Jeff Bezos y su equipo son ejemplos de personas que enfocan los problemas desde una perspectiva no lineal, haciendo pequeñas apuestas, a quienes David Galenson, economista de la Universidad de Chicago, califica de “innovadores experimentales”. Frente a ellos, tenemos a innovadores conceptuales, o puros genios, como Mozart, que consiguen sus mayores éxitos tempranamente, pero que son muy poco comunes.
El tipo de creatividad que más interesa a Galenson, y que es mucho más frecuente, es la innovación experimental. Sus creadores siguen un enfoque experimental, iterativo y empírico para producir innovaciones poco a poco. Los innovadores experimentales son persistentes y están dispuestos a aceptar los fracasos y los contratiempos que se presentan mientras trabajan para alcanzar sus metas.
La principal ventaja de este método de trabajo al intentar dar con algo nuevo o incierto es que rara vez sabemos qué es lo que desconocemos. La mayoría de los grandes creadores están de acuerdo con esto. Thomas Edison lo expresó a la perfección: “Si encuentro diez mil maneras de que algo no funcione, no he fracasado. No me desanimo, porque cada intento fallido que descarto es un paso más hacia delante”. Edison aprendió de más de nueve mil experimentos antes de inventar la bombilla.
Los innovadores experimentales como Brin, Page, Bezos o Edison no analizan las nuevas ideas en profundidad demasiado pronto, ni intentan alcanzar objetivos ambiciosos u horizontes desconocidos, ni concentran todas sus esperanzas en una gran apuesta. En lugar de desarrollar planes elaborados para predecir el éxito de sus empresas llevan a cabo acciones que les permiten descubrir qué deben hacer. Todos ellos han cosechado éxitos extraordinarios haciendo pequeñas apuestas.
El presente libro se basa en la proposición de que podemos servirnos de numerosas pequeñas apuestas y algunos métodos creativos para identificar las posibilidades y generar resultados extraordinarios. Las pequeñas apuestas son las acciones concretas que se llevan a cabo para descubrir, probar y desarrollar ideas alcanzables y asequibles. Nacen como posibilidades creativas que se repiten y se refinan a lo largo del tiempo, y resultan especialmente valiosas al intentar abrirse paso entre la incertidumbre, crear algo nuevo o resolver problemas inextricables. Cuando no sabemos lo que sucederá, las pequeñas apuestas nos ayudan a comprender los factores que no pueden conocerse de antemano. Lo importante es recordar que, si bien los prodigios son muy poco comunes, cualquier persona puede hacer pequeñas apuestas para generar ideas creativas.
Las personas y los equipos más provechosamente creativos no utilizan un modelo preestablecido que pueda seguirse. Por eso los modos de pensar y de actuar que el autor presenta en el libro no son un protocolo o un proceso paso a paso. En lugar de eso, son poderosas ayudas orientadas a aumentar la creatividad productiva, que pueden dar la libertad necesaria a nuestra mente para descubrir y desarrollar hallazgos en diferentes contextos, y que cada uno de nosotros puede utilizar como inspiración y adaptar a su situación y sus necesidades.
Los fundamentos del enfoque de las pequeñas apuestas son los siguientes:
  • Experimentar. Aprender poniéndose manos a la obra. Fracasar pronto para aprender rápidamente. Desarrollar experimentos y prototipos para recabar conocimientos, identificar los problemas y generar ideas creativas.
  • Jugar. Una atmósfera lúdica, espontánea y divertida modera nuestras inhibiciones durante el proceso de incubación o eclosión de las ideas y evita que las propuestas creativas se descarten o se juzguen prematuramente.
  • Sumergirse. Tomarse el tiempo necesario para explorar el mundo en busca de nuevas ideas y conocimientos, con el fin de comprender las motivaciones y los deseos más profundos del ser humano, e interiorizar cómo funcionan las cosas desde la base.
  • Definir. Utilizar los conocimientos recopilados a lo largo del proceso para definir los problemas y las necesidades específicos antes de solucionarlos, tal como hicieron los fundadores de Google cuando se dieron cuenta de que su algoritmo de búsqueda en bibliotecas podría resolver un problema mucho mayor.
  • Reorientarse. Ser flexible para alcanzar objetivos y aspiraciones más ambiciosos, aprovechando las pequeñas victorias para introducir los cambios necesarios y seguir atentamente el progreso hacia su consecución.
  • Repetir. Insistir, refinar y probar con frecuencia provistos de más conocimientos, información y suposiciones.
Evidentemente, este enfoque experimental no debe sustituir por completo el pensamiento lineal en nuestros procesos de trabajo habituales. Sin embargo, el enfoque basado en los descubrimientos y las pequeñas apuestas complementa el pensamiento más lineal y orientado a los procedimientos. Nadie puede desentenderse de sus principales preocupaciones empresariales o responsabilidades, pero cualquier persona puede invertir una parte de su tiempo y sus energías en utilizar las pequeñas apuestas para descubrir, probar y mejorar nuevas ideas.

Las grandes apuestas frente a las pequeñas apuestas

A mediados de los años noventa, el gigante tecnológico HP había crecido tanto que sus altos directivos se veían en aprietos para alcanzar sus objetivos de crecimiento de dos cifras. Se trataba de un problema habitual para los directivos de las empresas que se expanden: en la medida que crecen tienden a hacer apuestas mayores.
Para lanzar nuevos negocios a gran escala, los directivos de la empresa fueron muy rigurosos a la hora de emprender una serie de pasos lógicos. Trabajaron para sacar adelante numerosas iniciativas en grandes mercados en crecimiento que estuviesen relacionados con el ámbito de HP. Sin embargo, solo se centraban en oportunidades que se ofreciesen en mercados de miles de millones de dólares.
Sus ideas eran viables. Su tecnología era buena. Los planes se ejecutaron correctamente. Pero, a pesar de todo, fracasaron. Las suposiciones de HP fracasaron porque la empresa no estaba descubriendo oportunidades nuevas ni desarrollando productos innovadores, sino que se basaba en el éxito de la competencia para identificar áreas en las que centrarse. Les faltaba creatividad.
Irónicamente, fueron un descubrimiento mucho más creativo y un enfoque experimental los que le sirvieron a HP como base para convertirse en un gigante líder en el mercado. Durante sus años iniciales, al cofundador de la empresa, Bill Hewlett, le gustaba hacer lo que él llamaba “apuestas modestas” para dar con oportunidades imprevisibles. Este enfoque permitió que HP fuese la primera empresa en fabricar calculadoras de bolsillo. En 1972, la primera calculadora de HP, la HP-35, tenía un precio de venta al público de cuatrocientos dólares, en un momento en que todavía no había mercado para las calculadoras científicas. Incluso la investigación de mercado que habían pedido concluyó que el producto no iba a venderse bien.
Pero Bill Hewlett no estaba tan seguro. Las personas con las que habló al azar sobre el producto opinaban que era una idea genial. Por eso decidió fabricar un millar y ver qué pasaba. Era una apuesta asequible. Cinco meses después, HP vendía mil calculadoras al día y apenas podía satisfacer la demanda.
Para una empresa como HP, que debe lidiar con los cambios increíblemente rápidos que se producen en el sector tecnológico, el valor del enfoque de pequeñas apuestas es obvio.
El estudio de investigación llevado a cabo por la profesora Saras Sarasvathy subraya dos ventajas fundamentales de este enfoque: en primer lugar, nos permite centrarnos en qué estamos dispuestos a perder en lugar de hacer conjeturas sobre cuánto podemos ganar; y, en segundo lugar, facilita el desarrollo de los recursos a medida que una idea progresa.
Sarasvathy resalta el valor de lo que denomina el principio de la pérdida asequible. En su opinión, los empresarios más avezados tienden a determinar de antemano qué están dispuestos a perder, en vez de calcular las ganancias que prevén obtener. El enfoque de las pequeñas apuestas permite actuar de acuerdo con el principio de la pérdida asequible.
La sorprendente historia del crecimiento de Pixar, que pasó de ser una empresa de nueva creación sin un plan empresarial viable a una de las productoras de más éxito, ilustra a la perfección el valor de crear recursos y de una mentalidad centrada en las pérdidas asequibles.
Pixar era una empresa de equipos informáticos, software y publicidad televisiva animada cuando Steve Jobs la compró en 1986 después de que lo obligasen a abandonar Apple. Jobs, cuando realizó la inversión, no pensaba que la empresa llegaría a obtener ingresos de la animación. Pero, a pesar de ello, dio luz verde a la producción de cortometrajes de animación por ordenador. Desde el punto de vista de las pérdidas asequibles, las decisiones de Jobs eran muy razonables. Si hubiera basado sus decisiones en lo que habría esperado ganar gracias a la animación digital, lo más probable es que hubiera liquidado el grupo mucho tiempo atrás, sobre todo porque en aquel momento no se podían predecir los ingresos que podrían generar las películas digitales.
Básicamente, los cortometrajes permitieron que Pixar siguiera desarrollando sus recursos, su reputación, su marca y su tecnología cada vez más avanzada. La creación de un software cada vez más sofisticado hacía que cada corto de Pixar contase con más matices emocionales y unos gráficos más realistas que el anterior. Estos avances en la tecnología y la narración de historias convencieron a Disney para asociarse con Pixar y producir la primera película animada digital, Toy Story.
Es evidente que el concepto de las pérdidas asequibles ilustra una cuestión clave en el enfoque de las pequeñas apuestas, a saber, que inevitablemente implica el fracaso. En casi cualquier intento creativo debe esperarse un fracaso, y a veces clamoroso. El enfoque de Bill Hewlett para identificar nuevas oportunidades a través de apuestas modestas no estuvo exento de numerosos fracasos. En 1971, el catálogo de HP ofrecía más de mil seiscientos productos, pero de ninguno de ellos se vendían más de diez unidades al día.
A la hora de investigar qué facilita la práctica de las pequeñas apuestas es importante tener en cuenta cómo se entiende el fracaso. Los innovadores experimentales de éxito suelen pensar en el fracaso como algo inevitable y, al mismo tiempo, imprescindible para alcanzar sus objetivos.

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Biografía del autor

Peter Sims

Peter Sims es autor, conferenciante, asesor y empresario. Sus artículos se publican en Harvard Business Review, Tech Crunch, The Financial Times y Fast Company. Posee un MBA por la Universidad de Stanford.

Ficha técnica

Editorial: Gestión 2000

ISBN: 9788498752014

Temáticas: Innovación Técnicas de creatividad

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Comentarios

Este es un resumen clave para aprender que los fracasos son simplemente oportunidades de aprendizaje. Que es mejor hacer pequeñas apuestas para fracasar rápido y aprender de ello. Y que por supuesto te lances al proyecto que tienes pensado , no seas perfeccionista ni te quedes atascado en lo que ya sabes. Aprende mucho de poco y aprende un poco de mucho. Gracias por el Resumen !