Llegué a Susana por casualidad. Estaba leyendo sobre influencia digital en otros países, y encontré una referencia a Susana y a uno de sus blogs, The Beauty Blog, en la revista Forbes de México. Decían lo siguiente: “El caso de esta bloguera es sin duda uno de los mejores ejemplos de influencer y son varias las marcas que se han dado cuenta de ello y tratan de que Susana pruebe sus productos, con la esperanza de que los saque en su blog, que ya supera los seis millones de páginas vistas al año”.
¿Por qué Forbes considera que su caso es diferente? Porque Susana no es una egoblogger, es una mujer real, madre y emprendedora, no un rostro conocido del cine o la televisión, y “la gente sabe que una celebrity cobra por anunciar un producto de belleza, y por eso todos vamos a buscar opiniones fiables de mujeres reales”. Y aún más importante, porque ha construido confianza con su audiencia, con un blog muy personal, gestionado por ella misma, en el que “las lectoras tienen la sensación de estar hablando con una amiga con los mismos problemas que ellas”.
C. R.: Susana, creaste un blog de belleza en 2009 (The Beauty Blog), y a los cuatro meses la revista ELLE se interesó por ti y creaste otro blog en su plataforma, y seis meses más tarde ambos superaban las 200.000 visitas al mes. ¿Cuál crees que es el secreto de tu éxito?
S. G.: Creo que se dieron varias circunstancias. Por un lado, estuve en el lugar adecuado en el momento adecuado (por una vez en mi vida), pero creo que también fue un poco de suerte, y probablemente la forma de escribir y enfocar el blog.
Hay algo que tuve claro desde el principio: yo escribía para contar la verdad, lo que me gustaba y lo que no. Y hacerlo pensando siempre en las personas que me leían, no en las marcas o en las agencias.
Creo que ayudaron dos factores: por un lado, nunca me dejé impresionar tanto por los eventos, los regalos, los viajes, etc. Probablemente por mi edad, o porque solo era un hobby. Esto me permitió (y me permite) escribir con total libertad e independencia. Si algo no me gusta, lo digo sin presiones ni compromisos de ningún tipo. Es algo que poca gente se atreve a hacer en este sector.
Por otra parte, el blog nunca ha sido mi ocupación principal ni mi principal fuente de ingresos. Creo que si para pagar la hipoteca dependes de tus ingresos como bloguera nunca puedes ser libre.
C. R.: ¿Qué sacrificios te ha supuesto esta integridad/libertad?
S. G.: Si de algo puedo presumir, es de haber renunciado a muchos ingresos, porque eran acciones que no eran buenas para mis lectoras, no aportaban nada o no tenían la honestidad o fiabilidad que yo consideraba necesaria. Esto último es difícil, porque nadie se da cuenta de que renuncias a algo, son cosas que nadie sabe nunca. Por eso siempre repito la frase de “integridad es hacer lo correcto cuando nadie está mirando” y trato de aplicarla, en esto y en todo.
A cambio de eso, tengo que trabajar muchas horas en otras cosas, duermo menos y mi vida es un caos, pero es mi forma de pagar por esa libertad, que es la que hace que las lectoras confíen en mí y en mis recomendaciones.
No puedes escribir para agradar a una marca o llevarte bien con una agencia. Hay que tener presente que las marcas “te quieren” porque hablas con sus potenciales clientes y porque estos confían en ti. Así que siempre hay que estar enfocado en el lector.
C. R.: El factor clave que me hizo interesarme por ti fue una reseña que encontré en la revista Forbes, en la que te diferenciaba del resto de influencers de tu sector por no ser una egoblogger, ni un rostro conocido del cine o la televisión, sino una bloguera en estado puro, que escribe con naturalidad ¿Crees que ese es tu factor diferencial?
S. G.: Por supuesto. Yo no soy una cara conocida, ni más guapa ni más lista que otras. Creo que mi punto fuerte es la credibilidad que he conseguido, que la gente confíe en mí o quiera saber mi opinión antes de comprar un producto. Y eso es lo que nunca puedo ni quiero perder.
En el sector de la belleza, la confianza es quizá más importante que en otros como la moda. Si alguien compra un producto, a menudo de precio elevado, porque le has dicho que funciona, y después no es así, dejará de confiar en ti.
C. R.: ¿Qué te impulsó a dejar ELLE y a dedicarte a tu blog en cuerpo y alma?
S. G.: A decir verdad, fue algo complicado de explicar. Por un lado, yo no daba ninguna importancia a tener un blog en una cabecera como ELLE. No me había costado nada llegar, y no le di importancia a dejarlo. En aquel momento me habían ofrecido otro proyecto y me habían dicho que eran compatibles. Cuando me di cuenta de que no lo eran, decidí abandonarlo sin pensar demasiado. Como te digo, no me había costado llegar y no creí que fuera tan importante.
Creo que me precipité y me equivoqué en la decisión, pero de los errores hay que sacar siempre algo en limpio y dedicarme en exclusiva a mi blog me afianzó como bloguera personal, me dio más credibilidad y ahora creo que me ha beneficiado mucho.
C. R.: ¿En qué dirías que te ha beneficiado?
S. G.: El blog me ha dado muchas cosas. En primer lugar, me enseñó a creer en mí misma. Aunque eso no resulte muy interesante para otros, es lo más importante para mí. Además, me hizo comprender internet y la revolución social en la que empezábamos a estar inmersos. Las marcas pagaban grandes cantidades de dinero a blogueras o celebrities que se hacían fotos preciosas con su producto, pero yo veía que, a la hora de la decisión de compra, la gente buscaba opiniones reales, no quería mensajes publicitarios. Y por supuesto, el refuerzo de la marca personal que ha traído consigo de forma natural me ha permitido ir a lugares y tener acceso a personas con lo que jamás ni habría soñado.
C. R.: Más tarde lanzaste Mi mamá tiene un blog, como un manual de supervivencia para mamás 2.0, y recientemente Sugar Code, una spin-off del anterior, sobre tecnología, programación, robótica, realidad virtual y seguridad para niños, al que auguro un gran éxito porque es un tema en auge exponencial. ¿Puedes compartir con nosotros datos sobre “tráfico”?
S. G.: Mi mamá tiene un blog (cuyo nombre no me gusta nada, por cierto) tiene alrededor de 40 000 visitas al mes y Sugar Code acaba de arrancar hace poco más de un mes, por lo que aún no tengo ni datos. Al lado de las más de 200 000 visitas al mes de The Beauty Blog siempre me parecen pocas, pero a veces olvido la importancia que tienen.
The Beauty Blog tiene mucho tráfico proveniente de Facebook, que siempre fue la red social por la que aposté desde un principio. Me hice con una comunidad importante en Facebook (acabo de llegar a los 50 000 fans) y dedico muchas horas al día a mantener el nivel de fidelización. Twitter lo utilizo más como red social personal y, por raro que parezca, a Instagram (donde ahora cuento con una comunidad muy especial) llegué bastante tarde de manera voluntaria. La otra mitad del tráfico proviene de buscadores.
Hoy en día todo el mundo tiene nociones de SEO, pero en 2009 para mí supuso una ventaja competitiva conocer temas de programación y buscadores antes que nadie en mi sector.
C. R.: ¿Cuál es el origen o la motivación de tus distintos blogs?
S. G.: El origen de los distintos blogs fue muy distinto. The Beauty blog nació como una forma de relajarme escribiendo. Cuando el grado de visitas aumentó considerablemente, creé Mi mamá tiene un blog buscando el anonimato que en el otro ya había perdido (incluso empecé escribiendo con un seudónimo) y buscando un rinconcito donde descargar mis pensamientos sobre temas como la familia, la educación y la creatividad.
Sugar Code es una spin-off que necesitaba hacer. Siempre soñé con tener un blog de tecnología y creo que en internet existe un vacío en lo que a familia, niños y tecnología se refiere. Se avecina una gran revolución tecnológica impulsada por campos como la realidad virtual y aumentada, la robótica, los drones y la conectividad de los objetos, y la programación será un idioma más que todos deberemos comprender.
Esta tecnología, que ya es algo presente en la vida de los niños desde que nacen, supone muchas ventajas, pero también muchos posibles peligros (privacidad, exposición, transmisión de datos) y la mayoría de los padres no son capaces de asumirlo, ni muchísimo menos de educar en un mundo tan distinto del que ellos conocieron.
El nombre, Sugar Code, es un juego de palabras, por un lado Sugar son las iniciales de mi nombre y mi apellido, y por otro, trato de mostrar “el lado más dulce de la tecnología”. De acercar la tecnología a padres, niños, familias… de explicar los posibles peligros pero también de intentar ayudar a sacar provecho de todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance, pero apenas tenemos tiempo de aprender a utilizar correctamente.
Este es el primer blog en el que escribirán terceras personas y estará más abierto a colaboraciones y publicidad.
C. R.: ¿Nos puedes explicar algo más sobre tu modelo de negocio e ingresos? ¿Cómo es tu relación con las marcas en los diferentes blogs? ¿Escribes posts patrocinados? ¿Tus blogs representan tu principal fuente de ingresos o lo son tus otras actividades (la formación que impartes sobre blogging y los blogs que escribes para empresas internacionales)?
S. G.: No pienso demasiado en negocio con The Beauty Blog. Si lo hiciera, probablemente, podría vivir de él. Pero he renunciado a ello.
Las marcas me ofrecen acciones patrocinadas pero hay algunas “líneas rojas” que no cruzo jamás. Puedo realizar actividades remuneradas como un concurso, dar a conocer una promoción, o incluso un post patrocinado en el que informo de una novedad o donde doy a conocer un producto, pero creo que no se puede cobrar por un post que implique tu opinión. Si implica tu opinión, no puedes cobrar por ello.
Sobre las tarifas, aunque en los últimos años se van estandarizando, siempre ha habido grandes diferencias. Generalmente los precios los marcas tú y a veces te ofrecen acciones con un presupuesto cerrado, que tú decides si compensa o no. Pero siempre hay que buscar la honestidad y estipular las tarifas basándote en tu tráfico, en la capacidad de influencia que sabes que tienes en cada blog y en los resultados que la marca va a poder obtener. Y, por supuesto, hay que saber decir no a muchas propuestas que pueden generarte ingresos, pero que pueden hacerte perder la confianza de quien te lee.
Soy consciente de que con esta política pierdo muchas oportunidades y obtengo menos ingresos, pero también creo que engañar a la gente es “pan para hoy y hambre para mañana” y, además, yo no podría dormir tranquila.
Como te decía antes, no depender económicamente del blog me da libertad. Y para mí, es lo más importante.
C. R.: La pregunta del millón, ¿se puede vivir de un blog?
S. G.: Cada vez que me hacen esta pregunta siempre respondo lo mismo: “Claro que se puede. Pero tienes que buscar la forma correcta de hacerlo”. En mi caso, no querer aceptar cualquier acción comercial me ha llevado a descubrir otras formas maravillosas de que los blogs me generen ingresos indirectos y que, a su vez, me permitan seguir disfrutando de esa libertad de la que tanto hablo.
Estos ingresos indirectos son, sobre todo, escribir para terceros e impartir cursos sobre blogging (tanto de la parte técnica, Wordpress, como de las formas de impulsar un blog personal o corporativo) en mi propia academia, en empresas y en varias escuelas de negocios.
Algunas marcas cuentan conmigo para temas de consultoría, para poder ver, a través de los ojos de una bloguera, aspectos relevantes de la marca, e incluso he colaborado con multinacionales que querían saber mi opinión, y la de otras blogueras internacionales, antes de lanzar una campaña o un producto.