Introducción
- El dinero. Las mujeres poseen más del 50% del total de acciones en los Estados Unidos y se calcula que para el año 2010 serán las propietarias de más de la mitad de la riqueza privada, tendencia que irá aumentando.
- El gasto. El 94% de los gastos en muebles, el 91% de las compras para el hogar, el 60% de la compra de vehículos y camiones y el 50% de los gastos de viajes de negocios los llevan a cabo las mujeres.
- El trabajo. Las empresas de propiedad femenina dan empleo a más personas que las 500 mayores empresas de Estados Unidos. Las regentadas por mujeres representan hoy el 33% de la totalidad de las empresas del país.
- La educación. En Estados Unidos, son mujeres el 49% de los estudiantes de Derecho y el 50% de los de Medicina.
- Las costumbres sociales. El 60% de las mujeres adultas en Estados Unidos trabaja fuera de casa, frente al 30% que lo hacía en 1955. Además, el 30% de las mujeres casadas tiene ingresos superiores a los de sus maridos.
- La tecnología. En el año 2003, el número de mujeres que utilizaba Internet superaba al de los hombres. En 2004, las mujeres se situaban por encima de los hombres como consumidoras de productos electrónicos (ordenadores, cámaras y otros).
- McDonald’s y su orientación hacia la mujer.
- Procter & Gamble y el éxito de sus utensilios de limpieza.
- Cómo y por qué Nike hizo de las mujeres su consumidor mayoritario.
- Cómo Avon consiguió convertirse en una marca de referencia para las nuevas generaciones de mujeres.
McDonald’s y su orientación hacia la mujer
Procter and Gamble y el éxito de sus utensilios de limpieza
Cómo y por qué Nike convirtió a las mujeres en su consumidor mayoritario
Cómo Avon consiguió convertirse en una marca de referencia para las nuevas generaciones de mujeres
Conclusión: cómo hacer que “el poder del bolso” trabaje para su empresa
- ¿Mantenemos ideas estereotipadas sobre el consumidor femenino que no se hayan revisado desde hace más de un año? Pensar en las mujeres únicamente como esposas, madres, víctimas de acosos o personas que constantemente intentan ahorrar tiempo puede impedir que comprendamos dónde se encuentran las mujeres de hoy y hacia dónde van.
- ¿Creemos todavía que las mujeres son solo una minoría? Considerar a las mujeres una minoría a la que hay que tratar con mucho cuidado no refleja su verdadero poder en la sociedad, que en el presente es mayor de lo que jamás ha sido. En ese sentido, el caso de McDonald’s muestra cómo es viable diseñar productos teniendo en mente a las mujeres pero destinarlos al conjunto de los consumidores (por ejemplo, las ensaladas “Gourmet”).
- ¿Pensamos que nuestro producto nunca podrá llegar a una mujer? Teniendo en cuenta el hecho de que el mercado de los fármacos contra la impotencia masculina ha experimentado un enorme crecimiento precisamente por dirigirse en el fondo a las mujeres, difícilmente se encontrará industria alguna que no pueda beneficiarse de cómo perciben las mujeres sus compañías y productos.
- ¿Tenemos miedo a ser los primeros de nuestro sector en centrarnos en la mujer? De lo que se trata es de mantener una estrategia comercial más inclusiva que exclusiva, redefinir y ampliar el público consumidor, y no de limitarse a un único sector.
- ¿Nos parece que nuestro énfasis sobre la mujer consumidora puede echar atrás a los varones? Todas las compañías descritas anteriormente ofrecen pruebas palpables de que la atención prestada a las mujeres ha repercutido positivamente en todos sus demás consumidores.
- ¿Todavía pensamos que una buena campaña publicitaria o un solo mensaje de marketing es suficiente para llegar a las mujeres? Una campaña publicitaria de calidad no garantiza el éxito si no va acompañada de unas mejoras reales en el producto. Nike presentó algunas campañas publicitarias muy buenas, pero el diseño de sus artículos no tomaba en cuenta las peculiaridades anatómicas de la mujer: hasta que ese error no fue subsanado, la publicidad se mostró insuficiente.
- ¿Cuándo hablamos por última vez con una mujer consumidora? Es preciso escuchar a los consumidores y hacerles partícipes de la creación de nuevos productos. Esto es especialmente válido para las mujeres, dado que durante años se han visto obligadas a adquirir artículos que no satisfacían enteramente sus necesidades.
- ¿Pensamos que nuestra empresa o marca necesita un replanteamiento general para llegar a las mujeres? Como muestran los ejemplos descritos, no es necesario transformar por completo una marca para destinarla en exclusiva a la mujer. La estrategia clave consiste en convertir la marca ya existente en una que sea relevante para la mujer. En el caso de Nike, las mujeres seguían esperando que la marca les ofreciera rendimiento y alta tecnología, pero querían que los productos se ajustaran mejor a sus cuerpos.
- ¿Hasta qué punto somos conscientes de los cambios sociales o económicos que afectan a las mujeres que compran nuestros productos? Saber que las mujeres ya representan una mayoría de los consumidores, con dinero para gastar, es sólo el primer paso hacia el entendimiento de los muchos cambios económicos y sociales que continúan en transformación. Avon tenía clara conciencia de que las mujeres eran su consumidor principal, pero desconocía la diferente percepción de la belleza que tenían las nuevas generaciones. Estas diferencias pueden llegar a ser, en ocasiones, mayores que las que se dan entre hombres y mujeres de una misma generación.
- ¿Deseamos que alguna vez desaparezca por completo toda idea de género? Las diferencias de género, en ciertos momentos, han perdido relevancia en algunas industrias y productos. Así por ejemplo, en el mundo de las finanzas de principios de los 90 se tendía a ver en la mujer inversora una figura en nada distinto de un hombre. Incluso en la moda o en la cosmética se han diseñado a veces productos unisex. Sin embargo, el género sigue siendo el principal factor que determina cómo nos definimos a nosotros mismos. Pero mientras que antes el género lo definían los papeles tradicionales que la sociedad imponía, ahora son los individuos los que cada vez más controlan la capacidad de expresar su propio género. Una mujer puede ser madre, esposa, ejecutiva o fontanera: cada uno de esos papeles son importantes para definirse a sí misma, pero ninguno agota esa definición y ninguno está por encima de otro. El poder económico y la libertad financiera han permitido a la mujer ser muchas cosas a la vez. Depende de nosotros determinar cómo nuestra marca, producto o servicio conseguirá hacerse relevante para una visión más amplia e inclusiva del género.
Fin del resumen
Biografía del autor
Fara Warner
Ficha técnica
Editorial: Pearson Prentice Hall
ISBN: 9780137053698
Temáticas: Innovación Gestionar marcas y posicionamiento Publicidad y relaciones públicas
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