¿Te acuerdas del Modelo del Campo de Juego? Lo vimos al inicio de esta aventura. El modelo te explica cuáles son las distintas áreas de tu vida y cómo influyen en nuestra manera de ser, en cómo nos determinan para ser como somos.
Recuerda que en el centro está tu Núcleo del Yo, que es todo tu potencial; la capa siguiente son tus Impulsores Centrales, lo que te motiva; la segunda es tu capa de Creencias, cómo te defines a ti mismo, y la tercera es la capa de tus Acciones, cómo te muestras. Y, finalmente, está tu Campo de Juego.
Cuando te lo expliqué, también te dije que era necesario que lo comprendieras bien, ya que, así como tú estás conformado por este Modelo del Campo de Juego, tu Alter Ego también lo estará. Al fin de cuentas, eres otro tú «optimizado» para un Campo de Juego específico.
Repasemos lo aprendido. Hemos visto cómo el Enemigo utiliza sus Fuerzas para mantenerte atrapado en tu Mundo Ordinario, seguro y mediocre. También hemos visto cómo derrotarlo mediante tu Yo Heroico, que no es más que una mejor versión de ti mismo que impide que El Enemigo lo domine.
Además, aprendimos que cuando nuestro Yo Heroico sale a la luz nos alejamos del Mundo Ordinario para pasarnos al Mundo Extraordinario, un lugar lleno de posibilidades y retos. Finalmente, vimos cómo descubrir tu Alter Ego y definir sus Superpoderes.
A estas alturas, ya debes saber cuál es el Campo de Juego para el que estás creando tu Alter Ego. Si aún no lo sabes, recuerda que ha de ser el papel de tu vida en el que no rindes al máximo, puede ser la familia, los negocios, los deportes, la escuela, etc.
Además, también debes saber cuáles son tus Impulsores Centrales, o sea, lo que te motiva. Recuerda que los principales son: Familia, Comunidad, País, Religión, Raza, Género, Grupo Identificable, Idea o Causa.
Ahora lo que haremos será ver a tu Alter Ego con más detenimiento y profundidad. Para empezar, vamos a volver al Modelo del Campo de Juego y trabajar en las capas que faltan para consolidar la personalidad de tu Alter Ego.
Lo primero que hay que hacer es definir cómo te mostrarás: tu Capa de Acciones.
Pregúntate qué habilidades, conocimientos, comportamientos, acciones o reacciones quieres que posea tu Alter Ego. Podría ser la capacidad de controlar una sala solo con tu presencia o la capacidad de expresar algo de una forma concisa y carismática. Piénsalo libremente.
Una vez, uno de mis clientes se resistía a adquirir conocimientos en el campo de las finanzas. Pero cuando diriges un negocio que mueve millones de dólares, esta actitud supone un problema grave.
Evidentemente, podía hacer que otras personas gestionaran el dinero de su empresa, pero, como propietario o ejecutivo, si no te interesas por la realidad financiera de tu compañía limitas tus capacidades a lo grande. Además, tarde o temprano se aprovecharán de ti y te verás negociando condiciones poco ventajosas.
Así que, después de trabajar con él un tiempo, fijamos los «Viernes de Finanzas»: era un día entero para ocuparse de ese asunto y que incluía todas las reuniones financieras. ¿La clave? El que iba a dichas reuniones no era él, sino su Alter Ego.
A su Alter Ego le encantaba el tema y era diligente con los detalles y los números.
Tú, así como mi cliente, debes preguntarte cuáles serán tus acciones y comportamientos. ¿Cómo actuarás?
Si quieres que hable de forma tranquila y calmada, así debe mostrarse. Si deseas que tenga el Superpoder de estar entusiasmado y animado, así debe mostrarse. Pero profundiza más: ¿Cómo es su postura? ¿Gesticula? ¿Cómo se viste?
Si tú eres impulsivo y sueles hablar sin pensar en una reunión cuando alguien dice algo que no te gusta, ¿qué haría tu Alter Ego? ¿Responderá con calma? ¿Dirá «Deja que lo piense» o «Te llamo luego»?
Nuevamente, ¿qué atributos tiene? Es adaptable, analítico, apasionado, estrafalario, meticuloso, ¿qué más?
Ya que sabes cómo te mostrarás, el segundo paso es saber quién eres: Tu Capa de Creencias.
Termina la frase: «Mi Alter Ego cree…».
Por ejemplo: «Mi Alter Ego cree que es un escritor excelente que escribe historias que atraen a mucha gente», o «Mi Alter Ego cree que es una vendedora increíble que siempre consigue cerrar la venta», o «Mi Alter Ego cree que es una presentadora potente en el escenario».
Ahora, ¿qué tal si cambiamos la palabra cree por sabe?
Sería, entonces, algo así: «Mi Alter Ego sabe que ella es una presentadora potente en el escenario».
Hay una diferencia entre saber y creer, ¿cierto?
Con esto en mente, pregúntate: ¿Qué cree tu Alter Ego sobre sí mismo? ¿Y qué sabe sobre sí mismo? ¿Qué piensa sobre el Campo de Juego en el que está? Si estás en una reunión, ¿qué pensarían sobre el Alter Ego?
También considera los valores de tu Alter Ego: equidad, justicia, riqueza, alegría, poder. No hay valores buenos ni malos.
Y lo mismo acerca de qué pensamientos tendrá o qué pensamientos no tendrá. Pregúntate qué pensamientos nunca tendría tu Alter Ego.
Por ejemplo, en mi caso, cuando creé a mi Alter Ego, me dije: «Un pensamiento que nunca tendrá Richard será creer que su juventud significa inexperiencia». No sabes cuánto me ayudó.
Ahora que has construido un Alter Ego, le has puesto nombre, le has asignado habilidades, creencias, valores y comportamientos, ha llegado la hora de Activarlo.