El momento justo

Resumen del libro

El momento justo

Por: Frans Johansson

Cómo aprovechar las oportunidades de un mundo imprevisible
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Introducción

 

A menudo nos dicen que el éxito es el resultado de la estrategia, la planificación y el análisis cuidadoso. La suerte, por otro lado, es una fuerza que escapa a nuestro control. Este libro rechaza estas perspectivas convencionales y propone una alternativa útil y atractiva.
Si en realidad el éxito se debe al azar, ¿cómo puede haber acciones que mejoren nuestras posibilidades de alcanzarlo? Si compañías tan aclamadas como Starbucks y Google, o pequeñas empresas o inversiones, o incluso la profesión y la vida sentimental de una persona son el resultado del más puro azar, entonces no tiene sentido dirigir nuestros esfuerzos en una dirección concreta, ¿no? Pero, en realidad, admitir el poder que tiene el azar no nos incapacita, sino más bien al contrario.
Hay toda una serie de actos específicos que podemos hacer y que nos abrirán la puerta para disfrutar de encuentros al azar, desarrollar estrategias inesperadas y detectar conexiones complejas, de la misma manera que existen acciones que nos permitirán controlar el azar y aprovechar las ocasiones que se presenten. Estos actos nos empujan hacia la grandeza en un mundo imprevisible.
Cuando uno profundiza en el trasfondo de un éxito personal o corporativo, descubre que hay un tema que se repite una y otra vez: en algún lugar, en determinado momento, alguien tuvo suerte. Participó de un encuentro imprevisto, tuvo una visión inesperada o disfrutó de la culminación no planificada de diversos sucesos. Hubo un momento en que el destino se volvió en su dirección, un momento específico del pasado que puede recordar y decir: “Ahí empezó todo”. Todos tenemos estos momentos justos, a los que debemos conceder más atención, porque pueden transformar nuestras vidas.

 

El misterio Nokia

En un mundo donde no existen normas realmente nuevas debido a que las condiciones no dejan de cambiar y evolucionar, ¿qué hace falta para tener éxito? Podemos aprenderlo si observamos a los que fueron titanes de la industria y a los meros mortales que los derrotaron. El caso más emblemático es, tal vez, el de Nokia.
Antes de 2007, Nokia disponía de los mejores diseños, la marca más sólida, el mayor segmento de mercado, los ingresos más elevados y el funcionamiento más eficaz. En otras palabras, la empresa conocía las reglas de la industria de los teléfonos móviles y dominaba el juego.
Cabría esperar que si la industria de los teléfonos móviles tuviese normas concretas (como las que gobiernan el tenis), sería válida cualquier idea que tuviera Nokia sobre cómo tener éxito. Podría detectar a los aspirantes a mucha distancia, observándolos mientras aprendían las reglas del juego y mejoraban su rendimiento paso a paso, de la misma manera que se puede detectar a una estrella prometedora en el circuito de campeonatos infantiles de tenis. Pero, por supuesto, la industria del móvil no se parece en nada al tenis. Los aspirantes al éxito salen de cualquier sitio, y todo puede cambiar en un instante.
Cuando el iPhone llegó al mercado el 29 de junio de 2007, inició un proceso que pronto arrinconó a todos los demás fabricantes de móviles. Los smartphones, gracias a su potente software, se convirtieron en el nuevo mercado en vías de crecimiento. Durante la primera semana, las ventas de iPhones alcanzaron casi los 500 000 terminales y, en marzo de 2011, se habían vendido ya más de cien millones de iPhones, lo cual lo convierte en el móvil que más rápido se ha vendido de todos los tiempos.
Su lanzamiento pronto inspiró a Google, otro desarrollador de software, para crear y lanzar el sistema operativo Android, con una plataforma abierta que permite a los fabricantes de todo el mundo crear sus propios móviles de pantalla táctil. Acosada por todas partes, Nokia descubrió que ingresaba menos del 2 % de los beneficios de la industria; la empresa que había sido un gigante de los móviles quedaba relegada a la última posición.
El iPhone cambió por completo las reglas del mercado de los teléfonos móviles. El factor al que Nokia había dedicado poco tiempo a transformar, su sistema operativo, se convirtió en lo único importante. De repente, personas normales sin conocimientos de tecnología se enzarzaron en debates acalorados, comparando los méritos del sistema operativo iOs de Apple con el Android de Google. Tan solo dos años antes, a nadie le importaba todo esto. Los factores que antaño impulsaban las decisiones de compra, como las formas atractivas, los diseños planos o los colores cautivadores y de moda, de repente ya no significaban nada.
Una compañía que no tenía nada de experiencia consiguió dominar el mercado en menos tiempo del necesario para licenciarse en Derecho. ¿La diferencia? Que dentro de la industria del móvil las normas pueden cambiar y ser cambiadas. Un tenista nunca puede poner un pie en la pista y desafiar la estructura básica de ese deporte, pero las reglas para competir en el negocio del móvil no dejan de transformarse. Están ahí para que todo el mundo las haga suyas. En determinado momento se pensaba que los móviles debían ser robustos y resistentes; y, al momento siguiente, debían tener un diseño atractivo y aerodinámico; luego era necesario que pudieran tomar fotos increíbles y reproducir música; y ahora tenemos que ser capaces de editar esas mismas imágenes mientras jugamos una partida con un amigo que vive en otro continente, y luego cederle el terminal a nuestra abuela, que necesita comprobar su estado en Facebook.
Esto empieza a explicarnos por qué el éxito es aleatorio. Si las reglas pueden cambiar en cualquier momento, es imposible predecir con seguridad qué estrategias y tácticas se deben emplear para triunfar. También explica por qué los nuevos participantes pueden cambiar el juego con tanta rapidez. Las reglas nuevas implican que cualquiera puede probar suerte en algo distinto, algo que los jugadores actuales en una industria nunca se habían planteado.
Hemos identificado dos misterios que están conectados. Primero, parece imposible predecir qué compañías o estrategias tendrán éxito. Segundo, una vez que una empresa tiene éxito, resulta igual de difícil extraer algunas lecciones generales de por qué tuvo lugar ese éxito y cómo repetirlo. Esto nos ayuda a entender por qué Nokia se perdió el auge acelerado del smartphone. No es que sus empleados fueran incompetentes, sino que la escalada del iPhone fue totalmente inesperada. La experiencia de Nokia en el pasado dentro de la industria de los móviles no ayudaba necesariamente a prever cómo iban a cambiar las cosas. También explica por qué es imposible hacerlo en cualquier industria o campo donde las reglas no sean casi inmutables.

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Biografía del autor

Frans Johansson

Frans Johansson es autor del exitoso libro El efecto Medici. De padre sueco y madre estadounidense, se dirige a todo tipo de audiencias en todo el mundo, desde consejos de grandes corporaciones hasta pequeñas villas en países en vías de desarrollo. Ha fundado una start up, un hedge fund y una empresa de innovación (The Medici Group).

Ficha técnica

Editorial: Empresa Activa

ISBN: 9788496627543

Temáticas: Habilidades directivas

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